viernes, 2 de septiembre de 2011

NOTICIAS-El dilema en obra pública: más Mediterráneo o algo de Atlántico.

El modelo radial, traducido en que todos estén cada vez más cerca de Madrid para que la capital sea la más beneficiada por las infraestructuras y actúe como un imán implacable, debe de ser replanteado. Algunos proyectos de infraestructuras como el eje atlántico de alta velocidad, la autovía del Cantábrico o la de la Plata, contribuyen a tejer una malla que supere el primitivo diseño centralista. El AVE gallego se sitúa a medio camino de este modelo: comunica con la capital y desde allí distribuye hacia el resto de España, pero con el tiempo también se mejorarán las conexiones con Barcelona y, desde Santiago, se bifurca hacia el norte y hacia el sur para vertebrar la fachada más rica y poblada de Galicia.

En los próximos cuatro años, cuando se ejecuten nuevos recortes en infraestructuras -casi todo el mundo los ve inevitables-, se hablará mucho del impulso al eje mediterráneo de mercancías y pasajeros, un corredor crucial para sacar con rapidez y fiabilidad hacia Europa las mercancías de la huerta española, entre otros sectores.

En realidad ya se está hablando mucho de este eje ferroviario multifuncional entre Algeciras y la frontera francesa que Blanco presentó hace unos meses precisamente en Barcelona, con un presupuesto global de 51.300 millones de euros si finalmente se ejecutan todas las conexiones en estudio. En realidad, esta es la música de fondo que suena en los reproches de políticos y altos cargos de Cataluña contra lo que denominan «sangría» de licitaciones para el AVE gallego. La ecuación que manejan es muy simple: no habrá tarta para todos y consideran que el Gobierno central debe invertir en lo que generaría, en su opinión, más riqueza: el corredor logístico que uniría los principales puertos españoles: Algeciras, Valencia y Barcelona.

En su forma de entender el país -tamizado en buena medida por el desarraigo del nacionalismo periférico-, consideran que la política de infraestructuras debería ir dirigida a hacer más ricos a los que ya lo son, mientras que el cuadrante noroeste atlántico debería esperar por una oportunidad que nunca llega. No entienden que mientras en Galicia cae una lluvia de millones se mantenga al ralentí el subcorredor Valencia-Castellón-Tarragona. En Castellón, el asunto del AVE está presente todos los días en los periódicos locales.

Cumbre de presidentes.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, ya ha dado los primeros pasos para convocar una cumbre con los presidentes de las comunidades que atravesaría el corredor, con un primer objetivo de conseguir que la Comisión Europea incluya este itinerario entre los prioritarios. Murcia y la Comunidad Valenciana son muy beligerantes en este asunto y, hay que recordarlo, son dos importantes feudos del PP. Cataluña también ha comunicado que apoya el frente común. Pero todavía no hay fecha para el encuentro.

Llegado el momento, previsiblemente con Mariano Rajoy en la Moncloa y quizás también Andalucía en manos populares, la presión para impulsar este eje frente a la conexión gallega será muy fuerte. Entonces habrá que elegir: más Mediterráneo (los ricos, más ricos) o un poco de Atlántico (más equilibrio y vertebración territorial). El dilema en un momento de escasez de fondos para infraestructuras será complejo. Y el peso electoral de cada zona será de nuevo decisivo.

Fuente: La Voz de Galicia (www.lavozdegalicia.es)