sábado, 3 de agosto de 2013
NOTICIAS-Renfe autoriza a los maquinistas a coger el móvil para ayudar a los viajeros.
La Normativa Laboral que deben respetar los empleados de Renfe aconseja a los maquinistas utilizar el teléfono móvil para solucionar los problemas que puedan afectar a los pasajeros. Ese habría sido el caso de la llamada que el interventor del tren, Antonio Martín Marugán, realizó al maquinista del Alvia accidentado, Francisco José Garzón, dos minutos antes de que se produjera el fatídico accidente que costó la vida a 79 viajeros. Según ha declarado el interventor, realizó esa llamada al conductor para preguntarle si podía entrar en la estación de Pontedeume por la vía 2 para facilitar la salida al tren a una familia con niños.
La Normativa Laboral de Renfe dedica un apartado completo en su capítulo XIX al uso que deben hacer de los télefonos móviles los conductores que pilotan en solitario un convoy, el caso de Garzón Amo el pasado 24 de julio. Según esa regulación interna, los maquinistas están obligados a “llevar operativo el teléfono móvil facilitado por la empresa durante su tiempo de trabajo”. La empresa “facilitará dicho teléfono móvil, con uso responsable del mismo”, matiza la normativa, “con el correspondiente equipo, incluido manos libres portátil, que dispondrá de una tarjeta dual con acceso libre y gratuito a los teléfonos interiores de Renfe”.
A continuación, el apartado admite que, “en caso de incidencia en la circulación colaborarán en la resolución de las alteraciones que puedan afectar a los clientes durante su viaje”, un apunte que según los expertos consultados por El Confidencial deja la puerta abierta a la llamada que Garzón Amo recibió de Martín Marugán dos minutos antes del impacto. Fue el interventor el que efectuó la llamada, pero el código interno de la empresa valida su contenido y también habría autorizado la comunicación si hubiera partido del maquinista, tal y como recoge la Normativa Laboral del operador de ferrocarriles.
La Dirección de Seguridad en la Circulación de Renfe emitió en julio de 2011 una circular dedicada en exclusiva al uso seguro del teléfono móvil en la conducción de trenes, pero sólo contiene recomendaciones para los maquinistas. Las obligaciones que deben respetar son las recogidas en la Normativa Laboral vigente, que data de 2009.
Una llamada crucial para el caso.
La llamada ha cobrado una importancia trascendental en la investigación de los hechos. Los agentes encargados de las pesquisas y el propio instructor del caso, Luis Aláez, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago, sospechan que esa comunicación pudo ser la causa del despiste que llevó a Garzón Amo a entrar en la peligrosa curva de A Grandeira a una velocidad de 192 km/h, muy por encima del máximo de 80 km/h fijado para ese tramo. El tren debería haber comenzado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la curva, pero al menos desde 6,4 kilómetros antes el maquinista estaba hablando por su móvil corporativo con Martín Marugán sobre la entrada en la estación de Pontedeume. Si fue la llamada le provocó el despiste, sus consecuencias fueron fatales.
Sin embargo, según la Normativa Laboral de Renfe, esa llamada no implicaría ninguna irregularidad. El juez también sostiene la misma tesis. En el auto que ha emitido para llamar a declarar a Martín Marugán como testigo este viernes a las 10 horas, el magistrado asegura que no procede su imputación porque “la actuación del Interventor del tren, en principio, se presenta correcta, ajustada a los procedimientos del operador y a las prácticas del sector”.
Pero el juez también se pronuncia en su auto sobre la actuación de Garzón Amo, por ahora, único imputado en el procedimiento. Aláez le acusa de 79 delitos de homicidio y múltiples delitos de lesiones, en ambos casos, por imprudencia profesional grave. Según el auto, “la causa primordial del accidente fue la indebida conducción llevada a cabo por Francisco José por circular a una excesiva velocidad para la configuración o trazado de la vía en el lugar de Angrois”, barrio en el que tuvo lugar el siniestro. Pero a continuación el juez sostiene que la llamada “forma parte de esos incidentes del devenir ordinario de un viaje de tren”. Es decir, que se trata de un procedimiento habitual. Otra cuestión es la imprudencia que pudo cometer el maquinista al distraerse por culpa de esa comunicación telefónica. En ese otro punto, al menos por ahora, el juez no tiene ninguna duda.
Fuente: El Confidencial (www.elconfidencial.com)