jueves, 13 de noviembre de 2014

NOTICIAS - Montoro respalda a Adif en su oposición frontal a bajar el canon del AVE a Levante


El Ministerio de Hacienda no está dispuesto a bajarse en marcha del AVE o, lo que es igual, a ceder ante el planteamiento del Ministerio de Fomento para reducir el canon que cobra Adif por el uso de la red española de ferrocarril. La ‘guerra soterrada’ entre Cristóbal Montoro y Ana Pastor alcanza un nuevo frente de conflicto que puede alterar directa y gravemente los planes anunciados por el Gobierno para la liberalización del transporte ferroviario de viajeros. Los potenciales operadores privados empiezan a creer que la posibilidad de competir con Renfe puede resultar una aventura demasiado peligrosa.

El presidente de Adif, Gonzalo Ferre, le ha salido respondón a la ministra de Fomento y no ha tenido mayor inconveniente en proclamar a los cuatro vientos su rechazo contra la exigencia de reducir el multimillonario canon que se cobra en España: “No podemos hacerlo porque en este supuesto estaríamos subvencionando los negocios de terceros con dinero de todos los contribuyentes”, ha señalado el máximo responsable de la vía férrea en un claro aviso a los navegantes que intentan atracar en el puerto de la liberalización prometida por Ana Pastor.

Los responsables oficiales del Ministerio de Fomento llevan varias semanas negociando con las empresas españolas que han mostrado interés por participar en el concurso para la privatización del corredor entre Madrid y Levante. Los representantes de Planeta, Alsa, Globalia y Acciona, principales favoritos a la adjudicación, han reclamado de forma unánime como condición sine qua non una rebaja sustancial de la contribución destinada para Adif, y que hoy por hoy es uno de los más determinantes factores en la cifra de pérdidas que muestra Renfe.

Al término de los nueve primeros meses de año, la operadora estatal lleva acumulados números rojos por importe de casi 100 millones de euros, debido principalmente al incremento del canon de Adif en un 22% para este ejercicio de 2014. Dicha partida ha supuesto un coste de casi 500 millones de euros al cierre trimestral de septiembre, lo que representa prácticamente la misma cifra pagada en todo el año 2013, cuando el gravamen experimentó ya una subida de casi el 37% sobre los 368 millones de euros que se habían transferido en 2012 al administrador de la infraestructura ferroviaria.

Las prioridades presupuestarias de la alta velocidad

La escalada vertiginosa del canon ha sido el resultado de una batalla silenciosa mantenida estos últimos años por los técnicos de Hacienda y Fomento. Pero ha sido ahora, con motivo de la liberalización del AVE, cuando las tensiones se han revelado públicamente dada la aparición de terceros intereses en juego. Cristóbal Montoro ha tenido que sacar a relucir galones ante Ana Pastor y lo ha hecho curiosamente para ponerse del lado de Gonzalo Ferre, lo que supone un nuevo varapalo para la ministra en su política de apertura y liberalización de servicios públicos.

El guardián de las cuentas públicas considera que los Presupuestos del Estado para 2015 han situado las prioridades de inversión en la alta velocidad, lo que implica una identificación inequívoca con los objetivos de Adif. Los colaboradores de Montoro vienen a exponer de manera gráfica que “no es posible soplar y sorber al mismo tiempo”, lo que obliga a exprimir con el máximo rigor la capacidad fiscal de la red ferroviaria para evitar agujeros imprevistos que puedan poner en riesgo los supremos objetivos de reducción del déficit público.

Adif tiene en estos momentos la sartén por el mango, mal que le pese a Renfe y al resto de eventuales competidores. Ambas partes tratan de hacer piña ahora con el fin de hacer llegar sus reivindicaciones comunes a las más altas instancias del Gobierno. Para la operadora estatal, el grito de socorro es más bien un recurso al pataleo. En el caso de los operadores privados, la petición de auxilio corre el riesgo de convertirse en un ultimátum para Ana Pastor porque a este paso el concurso del AVE a Valencia puede quedarse desierto por falta de ofertantes.

Fuente: El Confidencial