La parte delantera de un Alvia de Renfe en el que viajaban aproximadamente unos 200 viajeros se salió de la vía a las siete de la tarde de ayer a dos kilómetros de la estación intermodal de Zaragoza, justo en el intercambiador de La Almozara. En el incidente no hubo ningún problema de seguridad para los pasajeros, que resultaron todos ilesos. Al comprobar que el convoy no podía retomar la vía, se tuvo que proceder al desalojo de los ocupantes, que fueron reubicados en otro tren. Es el segundo incidente que se produce en el mismo punto en menos de dos semanas. Entonces le ocurrió a otro Alvia, procedente de Irún, que ayer fue el que recogió a los viajeros.
Según informaron fuentes de Renfe, el convoy que descarriló fue el tren Alvia 00620 que procedía de Vigo y La Coruña. Había salido a las 7.55 de la mañana y tenía que llegar a las 19.04 a la estación intermodal de Zaragoza. Sin embargo, a la altura del intercambiador de La Almozara, paralelo al camino de La Noguera (el punto en el que los vagones de ancho ibérico tienen que cambiar los ejes para adaptarlos al ancho internacional de alta velocidad que es el que enlaza Zaragoza con Barcelona) la locomotora perdió el contacto con el raíl y se salió de la vía por el eje delantero. Fuentes de Renfe apuntaron que se debió a un fallo mecánico. Otras fuentes apuntaron que ese fallo se debió a la velocidad inadecuada de la locomotora a la hora de entrar en el lugar en el que se cambian los ejes de las ruedas.
Aunque esta pérdida del raíl sucede en ocasiones y se puede volver a recuperar el contacto con la vía, ayer fue imposible debido a que el eje que descarriló fue el delantero y eso genera más dificultad para volver a circular por la misma vía. Por este motivo, se decidió trasladar a todos los pasajeros a otro Alvia que los llevó a la intermodal de Zaragoza y prosiguió el viaje hasta su destino final, Barcelona.
Plataformas.
La operación fue llevada a cabo por personal de Adif y de los Bomberos, que acudieron al lugar de los hechos. Al ser un lugar en el que están contiguas las vías de los trenes de Cercanías y de AVE (ninguno de ellos afectados por este descarrilamiento pero tuvieron que reducir su velocidad) se extremaron las medidas de seguridad para que no hubiera ningún percance. Así, se instalaron entre tren y tren unas plataformas de hormigón que facilitaron el descenso de viajeros y su incorporación al otro convoy. Se da la circunstancia que el pasado 23 de enero, más de cien pasajeros permanecieron durante unas dos horas en el interior de un tren procedente de Irún, sin luz y con la impotencia de comprobar a través de los cristales la proximidad de la estación. En ese caso, el incidente se produjo cuando el tren se encontraba a punto de salir del intercambiador cuando el pantógrafo de la locomotora se bloqueó, sin posibilidad de contacto con la catenaria, provocando que fallara el suministro eléctrico y, por tanto, que se quedara completamente a oscuras y detenido. Fue remolcado por otra locomotora hasta la estación de Zaragoza.
Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)