Adif está desmantelando los raíles de la línea férrea Santander-Mediterráneo a su paso por la localidad de Oña, lo que significa que el proyecto de conversión de todo el trazado en vía verde cobra un nuevo impulso. El proyecto de aprovechamiento del antiguo trazado del ferrocarril como recurso turístico fue impulsado en el año 2003 por el grupo de acción local Ceder Merindades que, poco después, contó con la colaboración de Adeco Bureba. El tramo cuenta con 103 kilómetros, de los cuales 60 discurren por Merindades y 43 por La Bureba. Según fuentes de Adeco Bureba, el siguiente paso es la licitación de las obras que permitirán transformar el itinerario en una vía para viandantes, jinetes o ciclistas amantes de la naturaleza y los paisajes singulares.
La fecha de inicio de los trabajos se desconoce pero es importante señalar que el Plan Garoña elaborado por el Gobierno central y que prevé una inversión de 3 millones de euros hasta 2013 contempla «potenciar la vía verde Santander Mediterráneo» y destinar a esta actuación una cantidad económica de las arcas del Estado.
Para nuevos viajeros.
Antiguos trazados ferroviarios están siendo acondicionados para ser recorridos por viajeros un tanto diferentes a los que los transitaron en tren: cicloturistas, caminantes y jinetes. Las vías verdes son un instrumento para promover una cultura nueva del ocio y del deporte al aire libre así como de la movilidad no motorizada.
Su diseño, con suaves pendientes y amplias curvas, proporciona al trayecto un alto grado de facilidad y comodidad en su recorrido garantizando una accesibilidad universal ya que no es preciso realizar un esfuerzo físico importante para transitar por ellas. Además, su discurrir alejado de las carreteras les proporciona un elevado nivel de seguridad. Las obras de acondicionamiento de las vías verdes suelen incluir la reconstrucción de antiguos puentes y viaductos para salvar los cauces de los ríos, respetando la tipología del antiguo puente ferroviario o mediante la creación de pasarelas de diseño. La creación de estos corredores pone en valor el patrimonio ferroviario que está en desuso y permite la interconexión de espacios naturales, enclaves culturales y núcleos de población. En el año 1985, la entonces Renfe y ahora Adif decidió clausurar la circulación de trenes por el Santander-Mediterráneo.
Fuente: Diario de Burgos (www.diariodeburgos.es)