Fuentes oficiales de la compañía pública indicaron este martes a este diario que su intención es garantizar dos frecuencias por sentido y día a partir del 1 de abril, cuando se anule definitivamente el trayecto de ida y vuelta sufragado por la DGA, que es precisamente el de mayor demanda.
Con las limitaciones de movilidad impuestas por la pandemia, Renfe redujo sustancialmente la oferta ferroviaria ante la falta de clientes, lo que afectó también a los servicios regionales de Aragón. En el caso de la línea Zaragoza-Lérida, los viajeros contaban antes de la crisis sanitaria con tres frecuencias por sentido y día y se redujeron hace ya unos meses a dos.
El problema es que la decisión de la DGA supone suprimir el trayecto de mayor demanda, el que sale de Zaragoza a las 6.10 y que utilizan funcionarios que se desplazan a trabajar a Lérida. El otro tren afectado, el de regreso de la ciudad catalana a las 15.15, estaba ya suspendido y, por tanto, no se recuperará.
El recorte provoca, además, una descompensación en la oferta, dado que con los servicios actuales quedarían dos trenes Lérida-Zaragoza, a las 6.25 y a las 17.48, y solo uno para desplazarse desde la capital aragonesa, a las 20.12. Por tanto, los zaragozanos no podrían viajar en el día, aunque solo fuera por unas horas.
Por ello, Renfe va a recuperar la segunda frecuencia diaria por sentido declarada como obligación de servicio público, el Zaragoza-Lérida de las 15.15.
No obstante, las citadas fuentes oficiales remarcaron que analizarán los datos de demanda "por si fuera necesario modificar su horario y que preste servicio a primera hora de la mañana". La pretensión es analizar cuál de los dos daría un "mayor servicio".
Lo que no hay por parte de la DGA es la mínima intención de dar marcha atrás en la decisión del consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, que pretende destinar la subvención al ferrocarril que no es de su competencia, algo más de 4 millones, a la puesta en marcha del nuevo mapa concesional de autobuses metropolitanos y regionales. Esto afecta a otros dos trenes por sentido y día entre Caspe y Fayón y a otro que en días alternos une Teruel y Valencia. Para mitigar su impacto, la DGA ya ha contratado un servicio alternativo por autobús con similar horario para unir las poblaciones aragonesa de la línea de Lérida y a los pueblos afectados de la línea de Caspe.
Los alcaldes de los municipios afectados, Tardienta, Grañén, Sariñena, Monzón y Binéfar, han hecho frente común para exigir que se mantengan las tres frecuencias diarias que tenía la línea. Todos ellos se reuinrán mañana con el consejero de Vertebración del Territorio en la delegación de la DGA en Huesca para abordar la situación generada y analizar qué acciones conjuntas se pueden adoptar para no perder servicios.
Soro presiona a los alcaldes para que reclamen servicios
El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno aragonés, José Luis Soro, hizo este martes un "llamamiento" al resto de las administraciones aragonesas y "muy especialmente" a los ayuntamientos para que intenten convencer al Ministerio de Transportes de que asuma la financiación de los servicios ferroviarios que se van a suprimir, al ser de su competencia. Formuló esta convocatoria en la localidad turolense de Rubielos de Mora, donde acudió para visitar las obras de la iglesia. "Trabajemos juntos, intentemos lo que yo no he conseguido", dijo a los alcaldes aragoneses, a los que consideró "los principales representantes de los vecinos" y a quienes pidió dejar a un lado el color del carnet político que llevan en el bolsillo.
Soro puso, como ejemplo, que los ayuntamientos de Monzón, Binéfar y Sariñena ya han organizado esta semana reuniones a las que asistirán representantes de la Consejería de Vertebración Territorial y en las que se analizarán fórmulas para pedir a Madrid que financie nuevos servicios ferroviarios de calidad para aquellos territorios que pierden trenes. "El verdadero responsable está tan tranquilo en Madrid -dijo- y mientras yo recibo críticas". Soro explicó que, pese a la situación, "no hay desencuentro ni bronca" entre el Gobierno aragonés y el Ministerio y agregó que la relación entre ambas administraciones debe ser equilibrada y leal, pero no de sumisión de Aragón hacia Madrid.
Fuente: Heraldo de Aragón
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