El millar de asistentes a las reuniones que desde la semana pasada celebra el organismo internacional de la ONU para la educación, la ciencia y la cultura examinaron el expediente sobre el estado de conservación de las dos construcciones modernistas de Gaudí con vistas a la llegada a principios del próximo año de la tuneladora que excavará la galería del tren de alta velocidad.
El documento de carácter técnico presentado por el comité español de la Unesco ha sido elaborado en base a un informe de la dirección general de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura y a los datos facilitados por el Ministerio de Fomento, ejecutor último de las obras del AVE a través del gestor de infraestructuras Adif.
Opinión de expertos.El texto aceptado ayer por la tarde por la Unesco concluía que «no hay un trazado alternativo» y que las medidas de prevención y control propuestas «son satisfactorias», según declaró Luis Lafuente, subdirector general de Patrimonio Histórico que representa a España en el comité. Lafuente añadió que Adif remitió un completo informe técnico con el punto de vista de ingenieros, geólogos, topógrafos y otros especialistas en obras subterráneas que consideraba que el trazado por la calle de Mallorca a más de 60 metros de distancia de las construcciones catalogadas era «el más idóneo».
La asociación conservacionista internacional de monumentos Icomos, una oenegé que asesora a la Unesco en esta materia, realizó en el 2007 un informe que alertaba sobre la posible afectación de las obras en el templo. En el documento se pedía «un nuevo proyecto con estudios complejos y prolijos para tratar de minimizar el riesgo y diseñar nuevas medidas de protección y seguridad». También se decía que era «recomendable elegir otro trazado más alejado del monumento» y se recordaba a las autoridades del Estado la obligación de intervenir para «evitar posibles daños irreparables».
Lafuente recordó que, según informó Fomento, estas recomendaciones ya han sido incluidas en el proyecto del túnel de dos maneras. La primera con la construcción de una gran pantalla subterránea de columnas de hormigón de 240 metros de longitud para proteger la parte nueva del templo (la fachada de la Glòria en construcción) que da a la calle de Mallorca.
Y la segunda, con el despliegue de una amplia red de sensores que permitirán detectar cualquier movimiento del terreno durante las obras y también las vibraciones que puedan afectar a las construcciones de todo el recorrido del túnel. Lafuente dijo que «los ingenieros de Fomento han dado argumentos sólidos».
Fuente: El Periódico (www.elperiodico.com)
