Apenas medio año después de haberse culminado la transformación de la vía férrea convencional entre Teruel y Zaragoza en línea de alta velocidad -la reforma acabó en septiembre de 2008-, la plataforma de esta infraestructura registra desniveles que obligarán al Ministerio de Fomento -responsable del proyecto- a acometer obras de reparación por la vía de urgencia.
El problema se detectó ya a finales del pasado mes de diciembre en el tramo Teruel-Cella, el último que se construyó. Allí, en un recorrido de 400 metros, han aparecido irregularidades que alcanzan los 11 milímetros de hundimiento en su punto máximo y que provocan el vaivén de los trenes que circulan por encima. Por este motivo, la velocidad, que debería ser de 160 kilómetros por hora, se ha limitado a 30 kilómetros por hora.
En un principio, y con cargo a la empresa que remodeló la vía al pensar que se trataba de un defecto de obra, se removió el balasto en dos ocasiones, pero el desnivel se reprodujo tras cada una de estas operaciones. Fuentes del Ministerio de Fomento explicaron ayer que ahora, de forma inmediata, se va a desmontar la plataforma afectada para sanearla, impermeabilizarla y reconstruirla con materiales más consistentes que los que hay en la actualidad. Se estima que el desnivel ha estado producido por filtraciones de agua tras las fuertes lluvias registradas en la zona en los últimos meses.
Fomento espera haber acabado la reparación en el último cuatrimestre de este año. Mientras tanto, el tráfico ferroviario será desviado por un tramo de 800 metros del antiguo trazado de la vía, que será acondicionado para este cometido. Las mismas fuentes aseguraron que no existe peligro alguno para los trenes y sus pasajeros. "Esto no es un socavón, ni un hundimiento. Es un desnivel milimétrico que hay que solucionar al tratarse de una vía de altas prestaciones", señalaron.
Más problemas.
Desde la Plataforma en Defensa del Ferrocarril, de la que también forma parte la coordinadora Teruel Existe, afirmaron que el desnivel aparecido entre Teruel y Cella no es el único problema surgido en la línea férrea que va a Zaragoza. La asociación destacó que también a la salida de la estación de Monreal del Campo los trenes sufren un "traquetreo" motivado, probablemente, por un mal asentamiento del terreno.
Por otro lado, la Plataforma en Defensa del Ferrocarril critica que, al llegar a las estaciones, los trenes tienen que desviarse por raíles secundarios en lugar de utilizar las vías principales, en las que todavía se están instalando los sistemas de seguridad. "Si se resolvieran todas estas cuestiones, el viaje se acortaría en 15 minutos", indicaron. Por todo ello, esta organización estima que la puesta en marcha de un tren directo de Teruel a Zaragoza "es, hoy por hoy, una quimera".
Fuente: Heraldo de Aragón (www.heraldo.es)