lunes, 16 de marzo de 2009

NOTICIAS-Diez trenes y centenares de viajeros afectados por una amenaza de bomba.

Una broma de mal gusto que desembocó en más de una hora de tensión, alarma y preocupación para los trabajadores y usuarios de la estación de Delicias. Así se podría definir lo ocurrido ayer en la intermodal cuando la Policía, a las 13.10 horas, dio el aviso de desalojar el edificio porque se había recibido una llamada en el teléfono 112 de Protección Civil alertando de la colocación de un artefacto explosivo en la zona de taquillas. En todo ese tiempo se suspendieron todas las circulaciones, afectando a diez trenes en total y centenares de pasajeros, que llegaron a sus destinos con un retraso de entre 30 minutos y dos horas.

Todas las personas que a esa hora estaban en la estación tuvieron que salir apresuradamente del edificio, sobre todo los que estaban en el vestíbulo de salidas. En torno a 60 trabajadores de Adif y Renfe, empleados de los negocios de la zona comercial, y viajeros y familiares que aguardaban la salida o llegada de sus trenes en la intermodal abandonaron las instalaciones en apenas dos minutos en dirección a los jardines del paseo del Agua. Y allí estuvieron hasta las 14.30 horas, cuando la Policía confirmó que era una falsa alarma, retiró el cordón de seguridad y autorizó la entrada.

Mientras, Adif y Renfe trabajaron de forma coordinada en la alteración del tráfico ferroviario en Zaragoza, dando aviso a los tres trenes AVE, dos Cercanías, el Avant de Huesca y cuatro vehículos de rutas de media distancia que debían pasar entre las 13.15 y las 14.30 horas.

Los dos primeros AVE (a las 13.49 a Barcelona y a las 13.54 a Madrid) ni siquiera pararon en Zaragoza y siguieron su recorrido. El tercero, que iba a Madrid, sí esperó su salida, prevista a las 14.32 horas, para recoger a sus viajeros. Pero casi un centenar de usuarios no pudo coger los dos anteriores y fue reubicado en los siguientes, acumulando al menos dos horas de retraso en su salida.

Los dos trenes de Cercanías, por su parte, se vieron obligados a permanecer parados en las estaciones de Utebo y El Portillo, respectivamente, a la espera de que se restableciera la circulación. La misma solución, esperar en las estaciones anteriores a Zaragoza, adoptaron para las rutas regionales.

La mayoría de los viajeros se encontraba esperando coger su tren y permaneció en un primer momento a las puertas de la estación, siguiendo los movimientos de los agentes, la mayoría vestidos de paisano, que fueron ampliando progresivamente el cordón de seguridad.

De este modo, más de un centenar de personas tomó posiciones en el parque del paseo del Agua utilizando sus maletas como asiento o simplemente tumbados sobre la hierba. La mayor parte de ellos alertaba a sus familiares con sus móviles del retraso que iban a sufrir. Casi todos estaban enterados de la causa del desalojo, ya que habían sido informados mientras les pedían que abandonasen el edificio de forma inmediata.

Agentes de la Policía Local y de la Nacional también cortaron los accesos en coche a la estación y cerraron el tráfico al transporte urbano (autobuses y taxis) hasta que se comprobó que había sido una falsa alarma.

Horas después, cuando se había recuperado la normalidad en la estación, la Policía detuvo a un hombre como presunto autor de la llamada anunciando la falsa amenaza de bomba y ahora será juzgado por un delito de desórdenes públicos, que el Código Penal castiga con una pena de seis a doce meses de cárcel y una multa económica de 6 a 18 meses por la cuantía diaria que el juez estipule. Una broma de mal gusto que puede salirle muy cara.

Fuente: El Periódico de Aragón (www.elperiodicodearagon.com)